miércoles, 24 de febrero de 2010

Los pobladores rurales de Haití corren peligro de crisis alimentaria

A más de un mes del sismo que desbastó al pequeño país caribeño, organizaciones internacionales advirtieron el grave riesgo que corren los campesinos haitianos, si no se atiende de forma urgente sus necesidades de alimentación e infraestructura. Para el coordinador de la FAO en Haití, Dick Trenchard, las zonas rurales más afectadas por el terremoto crearon un gran número de desplazados que, en su gran mayoría, se dirigieron hacia Puerto Príncipe.

Las observaciones que realizaron los miembros del organismo internacional demuestran que los desplazados llegan para vivir en la casa de parientes o amigos, quienes gastan su comida y sus recursos para poder brindarles alimentación. Se cree que muchas familias anfitrionas podrían perder las semillas para su próxima cosecha o sus animales, en afán de sostener las necesidades alimenticias del grupo.

Con respecto a este tema Trenchard afirmó que “Vemos indicios claros de que la población recurre ya a estrategias preocupantes e insostenibles para tratar de ayudar a las 500 000 personas que se estima que han emigrado a las zonas rurales y a otros núcleos urbanos pequeños tras el terremoto".

El peligro del hambre


Jean-Dominique Bodard, especialista en seguridad alimentaria de emergencia de la organización humanitaria CARE, aseguró que, como la temporada de siembra que llegará dentro de dos semanas, supone el 60 por ciento de la producción anual de alimentos. "Si las familias anfitrionas no tienen medios para comprar semillas u otras formas de obtener semillas de calidad, será un desastre para ellas" dijo, y agregó que "este círculo vicioso cuenta con otro componente. Debido a la falta de dinero, muchos campesinos anfitriones no podrán contratar a jornaleros para la siembra. Como consecuencia, los jornaleros no ganarán dinero para alimentar a sus familias y la siembra no se realizará".

El hecho es que los campesinos no tienen dinero en efectivo para comprar semillas que cubran las necesidades para la temporada de siembra que se avecina. Para empeorar las cosas, lo precios de los alimentos subieron cerca del 10 por ciento desde la catástrofe. Todo esto indica que de no mediar alguna solución a largo plazo, todo lo imaginable puede empeorar.

Cash for work


Por su parte la FAO impulsó un programa de trabajo a pequeña escala para la limpieza de los canales de riego de la localidad de Léogâne, el cual empleará hasta 4 mil personas. Trenchard cree que la puesta en marcha de este proyecto servirá como un paliativo económico fundamental para que la gente pueda tomar nuevamente el control de sus vidas, sin tener que depender por entero de la asistencia. Además CARE tiene previsto dar apoyo y asistencia técnica a organizaciones comunitarias para actividades como la implementación de canales de riego, la distribución y comercialización de productos y capacitación.

Los líderes de las organizaciones internacionales y humanitarias están convencidos de que la inyección de dinero en la población y la capacitación y apoyo técnico para el desarrollo de las zonas rurales, van a tener el impacto positivo necesario para que Haití pueda comenzar a levantarse. En la castigada zona de Léogâne, la FAO ya está repartiendo semillas de calidad y aperos entre los pequeños agricultores y CARE está dando suministros de emergencia, agua potable y apoyo médico para madres y mujeres embarazadas.

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